martes, 14 de diciembre de 2004

Alerta de desastre



Foto: alertacatastrofes.com
El otro día me encuentro con un amigo y luego de conversar un rato me comenta: "¿Sabías que pasaron por televisión que en un lugar de la provincia de Buenos Aires un grupo racista autoproclamado "Neonazi" se dedicaba a tirar piedras a inmigrantes Bolivianos, Paraguayos y Peruanos?"
Yo simplemente me reí de semejante barbaridad. Me reí de la incoherencia que seguía reinando desde hace tanto tiempo en mi país. Es increíble, a pesar de ser seguramente un grupo muy reducido, que exista gente que pareciera vivir en otro Planeta. Sin haber aprendido lecciones tan claras que la Historia de la Humanidad nos ha dado.
Sin embargo, la incoherencia de muchos argentinos en comparación con la línea de pensamiento que sigue la mayoría en el resto del Mundo no termina allí.


Caminando por la ciudad de Rosario veo carteles del "Movimiento Juvenil Comunista". Otra lección pendiente.
Además, voy a una fiesta en la que conozco un chico de 18 años que me cuenta algunas cosas de su vida. Entre ellas, que había sido nombrado "titular de su curso" (especie de cargo honorífico) en la Escuela Técnica Nº 6 lo que lo hacía el principal impulsor de debates intelectuales. Cuando le pregunté sobre qué debatían me contestó: "Y... hablamos mucho del Che".
Continuando con esta seguidilla de acontecimientos que evidencian lecciones de la Historia sin aprender por parte del pueblo argentino (parte), prendo casualmente el televisor y escucho en el noticiero que "en un escrache contra la Iglesia Católica, grupos de vándalos ensuciaron edificaciones y dejaron inscripciones en aerosol en contra de la institución".
Esto ocurre no sólo en tiempos en los que en el resto del Mundo el secularismo está siendo duramente cuestionado, sino además en una época en la que se percibe el resurgimiento del sentimiento religioso. Pero ¿Por qué ocurre todo esto?
En realidad es muy complejo. Con la decadencia de la Civilización Industrial, la organización que al Mundo ésta le había dado se viene abajo. En los antiguos centros industriales que el Mundo habían moldeado aparece la Tercera Ola. Aparece la Civilización de la Información. Pero una de las características de esta nueva Civilización es la desconcentración del poder.
Por lo tanto, el molde de vidrio extendido por todas las sociedades del Planeta por parte de la Civilización Industrial se hace añicos ya que su soporte (los centros industriales) desaparecen (dejan de representar los intereses de la Civilización Industrial).
Esto deja un "vacío de poder" que, como una de las características de la nueva Civilización de la Información es la desconcentración de poder, debe ser rellenado desde (y no hacia) cada región respectiva del Globo. Esto es lo que lleva al hecho de que cada región posea la clase de gobierno que su desarrollo le permita. Es decir, aquellas regiones en las que el desarrollo sea agrícola, vuelven a aparecer, como en la Era Agrícola, Estados totalitarios, fundamentalistas.
En aquellos en que la tecnología y el desarrollo son los más avanzados, se consolida la Democracia con tendencia a la ultra-democratización.
Y por último, hay regiones en las que la tecnología y el desarrollo no son ni de la Primera ni de la Tercera Ola, sino de la Segunda. Es decir propia de la Era Industrial. Es como si ocurriera un resurgimiento temporal (hasta que una Civilización triunfe, porque toda Civilización tiende a la expansión) de las tres Civilizaciones existentes. El Mundo se encuentra dominado, por ejemplo en Irán, por un fundamentalismo religioso propio de la Civilización Agrícola.
En cambio por ejemplo en Japón domina la Civilización de la Información. Y por último, en la Argentina, comienza a dominar la Civilización Industrial debido a lo que Alvin Toffler denomina "Factor C". Es decir, la consolidación de un sistema de creación de riquezas en países avanzados basado en el conocimiento. Lo que hace trasladar parte de la producción menos avanzada (manufacturera) basada en la fuerza del obrero, a terceros países como México o la China, que aprovechan su situación de bajos salarios.
Obviamente este es un proceso a largo plazo inviable debido a la robotización. Esto es lo que explica que, al estar comenzando un período de industrialización "que nos viene de arriba", comencemos a enfrentar los problemas característicos de la ya concluida Era Industrial. En ella es el auge del secularismo, del Estado Nación, y del trabajador obrero. Y estos tres pilares pueden ser utilizados por los violentos como fundamentos para emplear, justamente... la violencia. Y si la sociedad no permite una desconcentración del poder que favorezca el progreso, corremos el peligro de caer, como muchos otros países lo han hecho anteriormente (Alemania, Italia, Unión Soviética, etc.) en los Totalitarismos.
El tema es que la Argentina, lamentablemente, se encuentra bañada por un cierto nacionalismo cultural que le ha permitido a la clase dirigente concentrar exageradamente el poder. Por eso es que estamos en "ALERTA DE DESASTRE".
Bajo la nueva forma de analizar los sistemas se conoce que cuando éste entra en un estado de desequilibrio puede iniciarse un proceso de realimentación positiva que conduce a la transformación total, para bien, o para mal. Y el sistema "Estado-Nación" puede entrar en desequilibrio por muchas causas, y de no haber una suficiente desconcentración de poder de acuerdo a la fuerza de los movimientos concentristas pueden producirse catástrofes.
Ocurrió en una sociedad mucho más desarrollada que la nuestra cuando una crisis económica permitió que Hitler llegara a la cima.

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