miércoles, 29 de junio de 2016

Un baño de humildad para la Argentina

El estallido de la cultura del resultado en la Copa América


Fuente: TDP.
            Hay un adagio que dice “trabajar para lo mejor, esperar lo peor”; es decir, maximizar el esfuerzo y minimizar las expectativas. Si logramos separar y desvincular ambas cosas, que muchas veces quedan unidas en nuestra mente, lograremos manejar adecuadamente la presión y la frustración, aceptar y amigarnos con la realidad y, al mismo tiempo, dar el máximo de nosotros y desarrollar plenamente nuestro potencial.
            El tema es cómo desvincular esfuerzo y expectativa, y en el fondo hay una cuestión de humildad, de saber que en última instancia lo más importante es hacer el bien y elegir lo correcto en cada situación, y no el mero disfrute de nuestros logros como si sólo nosotros fuéramos el destino final de nuestros esfuerzos.

sábado, 25 de junio de 2016

La enfermedad social del fanatismo

El extremismo como causa de la complicidad con la corrupción


Fuente: taringa.net.
            La noticia de la detención in fraganti del ex secretario de obras públicas José López, con fajos de billetes y ametralladora en mano, tuvo un efecto tsunami. Al poco tiempo de conocido el hecho, legisladores del FPV huían de su bloque, kirchneristas de la primera hora pedían por primera vez explicaciones a su jefa y los más obsecuentes periodistas militantes bajaban los brazos.
            En buena hora. Ahora bien, esta reacción es excesivamente tardía como para ser tomada en serio, o como para creer que en un futuro esas mismas personas van a demostrarse lo suficientemente sensibles hacia la corrupción y el autoritarismo cuando sean ejercidos por su propio partido o en nombre de su propia tendencia ideológica.

sábado, 18 de junio de 2016

La doble advertencia de Trump


  
Fuente: Libertario.es
          Trump no es democrático. No se trata de caer en la mala costumbre de tildar de autoritario a quien no coincida con el perfil ideológico de uno. Tiene rasgos evidentes de personalidad autoritaria (su agresividad y arrogancia han superado todos los límites), propuestas en línea con el nacionalismo (algunas de dudosa o nula viabilidad en democracia, como registrar a los musulmanes y confinarlos), quiere alinear a Estados Unidos con el autoritarismo internacional (su mayor aliado sería Putin) y su discurso cumple con cada una de las notas distintivas del populismo (lógica amigo-enemigo, polarización social, personalismo), que es el autoritarismo disfrazado de democracia.
            Lo anterior es innegable. Otra cosa muy distinta es afirmar que la solidez institucional y la tradición democrática de Estados Unidos van a impedir que Trump avance con fuerza hacia un sistema autoritario pleno. De todas maneras, el autoritarismo es impredecible una vez en el poder y la historia da sobradas muestras de que nunca hay que confiarse ante él. Si Trump accediera a la presidencia, cada día en ella sería un día más de intento de concentración del poder, de deterioro institucional y de pérdida de oportunidad de mejorar la democracia.