domingo, 13 de noviembre de 2016

¿Cómo será el gobierno de Trump?

La potencial senda autoritaria del nuevo gobierno de Estados Unidos


¿Guiará Trump a EEUU al autoritarismo?
Fuente: www.vox.com.
            Trump parece un estereotipo del gobernante autoritario, más precisamente del populista autoritario: es agresivo, arrogante, despreciativo, megalómano, se enerva ante la demostración de crítica o independencia, tiende a echarle la culpa a los demás y a la prensa (e indirectamente a la libertad de expresión), etc. Para Michael Moore (una especie de “Lanata” yanqui), se trata directamente de un “sociópata”. Pero, además de su personalidad autoritaria, Trump parece estar imbuido de una ideología de esa misma naturaleza, lo que refuerza la tendencia autoritaria: se nutre del nacionalismo, busca agitar los más bajos y peores instintos tribales del electorado, se ha negado a repudiar públicamente el apoyo de los supremacistas blancos americanos, tiene una gran afinidad y sociedad con Vladimir Putin y ha elogiado la eficacia de un verdadero monstruo totalitario, como el norcoreano Kim Jong Un, demostrando una nula sensibilidad democrática o humanitaria. Esto nos permite preguntarnos con todo derecho: ¿cómo será el gobierno del primer presidente autoritario de la historia de Estados Unidos?

jueves, 10 de noviembre de 2016

Golpe a la globalización y la democracia

¿Hacia una nueva globalización?


Por primera vez un presidente autoritario en EEUU
            Finalmente Donald Trump resultó electo presidente de los Estados Unidos. Lo que parecía imposible se hizo realidad. El clamor de cambio de las reglas de juego a nivel mundial, por parte de los sectores medios-bajos de la súper-potencia global, pudo más que las doctrinas ideológicas más bellas y las teorías científicas más sofisticadas. ¿Desoyó la dirigencia democrática de Estados Unidos al trabajador medio? ¿Lo ignoró a tal punto que éste prefirió golpear la mesa autoritariamente antes que seguir padeciendo?
            Es indudable que toda transición implica conflictos y costos, y que hay que sobrellevarlos y aguantarlos de la mejor manera posible hasta que el horizonte empiece a despejarse. Estados Unidos está transitando de una economía industrial a una basada en la producción de conocimiento, que crea mejores puestos de trabajo pero a veces de manera más lenta que la velocidad con que destruye puestos manuales peor remunerados pero de más fácil acceso para todos. También es verdad que, a veces, ciertos fenómenos o encrucijadas de la historia parecen ser prácticamente inevitables, y no hay mucho que se pueda hacer al respecto. Pero todo lo humano es perfectible y el triunfo de Trump obliga a la dirigencia democrática del mundo a revisar sus ideas y proyectos, para lograr relanzar la globalización de una forma más sólida y sustentable. Si al zarpazo de Trump le sumamos el Brexit de Gran Bretaña, más el fuerte crecimiento de los partidos anti-globalización en Europa, pareciera que algo no se estuvo haciendo bien.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Venezuela: el fin del mito de la extrema izquierda


Los venezolanos deben hacer largas colas
cada semana para conseguir alimentos 
Lo que más atormenta a los venezolanos no son las largas filas que deben hacer para tener la posibilidad de conseguir alimentos. Eso es lo de menos, aunque sin dudas es grave. Lo peor es sentir que no se puede hacer nada ante la injusticia, incluso ante la más cruda y aberrante de ellas, porque el control de las instituciones y de los medios de comunicación, por parte del gobierno, es total y, por ende, es total también la impunidad. El problema es la ausencia de libertad. Pero, ¿cómo se llegó a esto?

Para entender lo que pasa en Venezuela es preciso remontarnos a la Caída del Muro de Berlín. Pues, en ese momento, parecía que el desplome del comunismo en Europa daría lugar a un descrédito de la extrema izquierda tan fuerte como el que sufriera la extrema derecha luego de la II Guerra Mundial.