Análisis de una entrega
heroica en la lucha global contra el terror
Se cumple un año del fallecimiento del fiscal Alberto
Nisman y parece atinado hacer memoria y reflexionar sobre tan trágico suceso.
En este sentido, es importante comprender que, quienquiera que haya sido el responsable
de su muerte, no actuaba contra Nisman en particular ni contra la Argentina o
los judíos, sino contra los valores humanos básicos por los que dicho
funcionario luchó desde su lugar: la tolerancia y el pluralismo, la libertad y
la igualdad, en especial la igualdad entre gobernantes y gobernados y entre mujeres
y hombres en el caso del fundamentalismo islámico.
Lo llamativo no es que Nisman haya muerto, sino que haya
durado tanto tiempo con vida. Puede sonar muy duro y tenebroso, pero
lamentablemente es así. Sus enemigos eran muy numerosos y poderosos, manejaban
aparatos estatales completos y redes internacionales de espionaje y terrorismo,
y no estaban solamente en el extranjero sino también dentro de nuestro país.
Cabe preguntarse: ¿Quiénes eran los enemigos de Nisman y
por qué decidieron en algún momento adoptar dicho posicionamiento frente al
fiscal? Para responder a esta pregunta debemos ampliar el radio de observación.