Fuente: Tribuna de Periodistas (TDP).
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La funcionaria escribió en Twitter, con ocasión de dicha tragedia: “Es tu hermano, tu vecino, tu papá, tu hijo, tu amigo, tu compañero de trabajo. No es una bestia, no es un animal, no es una manada ni sus instintos son irrefrenables. Ninguno de los hechos que nos horrorizan son aislados. Todos y cada uno responden a la misma matriz cultural”.
Al poco tiempo, varias voces se alzaron pidiendo su renuncia, mientras el oficialismo la defendía. Algunos la interpretaron como queriendo decir que los violadores son seres humanos que toman sus decisiones y deben hacerse responsables. Es decir, le dieron un sentido razonable, probablemente creyendo impensable otra orientación.
Sin embargo, si se analiza el mensaje de forma completa y en su debido contexto, se confirma la apariencia que posee a simple vista. Efectivamente, está minimizando, si no directamente normalizando y justificando, un hecho tan horroroso, injusto e intolerable como la violación en manada de una joven indefensa por seis matones cobardes. Esto es así por varios motivos.