miércoles, 4 de diciembre de 2013

Un gobierno de demasiadas malas personas

FUENTE: Tribuna de Periodistas.
Replicado en: El Diario Exterior y Mendoza Transparente.
           

            Una extensa investigación periodística del diario La Nación sacó recientemente a la luz una serie de prácticas discriminatorias y abusivas ejercidas sistemáticamente en Cancillería, bajo el impulso del camporista Axel Kicillof y la complicidad de Héctor Timerman. Esto involucraría reducción de salarios, acoso laboral, maltrato e imposición de un clima de miedo, así como el traslado a países lejanos y en puestos menores, o directamente a dependencias sin tareas asignadas, de personas de trayectoria que no serían del entorno “nacional y popular”. El resultado de dichas prácticas son las denuncias recurrentes, un clima de paranoia generalizada y el aumento de la cantidad de empleados con problemas económicos y psíquicos. Entre los administrativos que elevaron sus denuncias en Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) hay dos embarazadas, una de ellas con problemas psíquicos que han afectado el curso de su gestación, según lo indicó en un certificado médico.

domingo, 24 de noviembre de 2013

La evaporación de la ilusión populista

FUENTE: Tribuna de Periodistas.
Replicado en: Mendoza Transparente y La Prensa Popular.

            En lo que va del siglo XXI, América Latina evidenció una fuerte expansión del populismo, no ya como cualidad del gobernante sino como sistema político. Lo que antes era visto como una deformación de la democracia, esta vez adquirió un cierto aire de sofisticación al amparo del trabajo de intelectuales que se esforzaron por explorar nuevos cauces a través de los cuales justificar el autoritarismo.

            Como suele ocurrir en lo que a política se refiere, quizás porque en pequeño los fenómenos pueden observarse con mayor claridad, los griegos se anticiparon a milenios de historia en este aspecto. Aristóteles concibió dos sistemas “de mayoría”, uno puro (democracia o “república”, aunque los nombres varían según las traducciones) y otro impuro (“demagogia”). En el último caso, no hablaba de una mera actitud del dirigente de turno, sino de una forma política distinta y separada de la forma pura.