Replicado en: Mendoza Transparente y La Prensa Popular.
En lo que va del siglo XXI, América Latina evidenció una
fuerte expansión del populismo, no ya como cualidad del gobernante sino como
sistema político. Lo que antes era visto como una deformación de la democracia,
esta vez adquirió un cierto aire de sofisticación al amparo del trabajo de
intelectuales que se esforzaron por explorar nuevos cauces a través de los
cuales justificar el autoritarismo.
Como suele ocurrir en lo que a política se refiere,
quizás porque en pequeño los fenómenos pueden observarse con mayor claridad,
los griegos se anticiparon a milenios de historia en este aspecto. Aristóteles
concibió dos sistemas “de mayoría”, uno puro (democracia o “república”, aunque
los nombres varían según las traducciones) y otro impuro (“demagogia”). En el
último caso, no hablaba de una mera actitud del dirigente de turno, sino de una
forma política distinta y separada de la forma pura.