Por qué debemos preocuparnos
por la salud de nuestro sistema político
FUENTE: Tribuna de Periodistas (TDP) y Fundación Libertad.
En medio de las deliberaciones por el Covid-19 y la
situación sanitaria, empieza a asomar, poco a poco, un problema institucional.
Desde luego, uno tiende a pensar, a simple vista, que no son momentos para
atender temas institucionales, demasiado abstractos frente al claroscuro nítido
y centelleante de la vida y la muerte. La pandemia es más urgente...
Sin embargo, se puede afirmar que, en este punto, ambas
cuestiones van de la mano. Políticas públicas eficaces (y vaya si las
necesitamos ahora) exigen instituciones sólidas. Si descuidamos nuestras
instituciones hoy, los problemas económicos, sociales y sanitarios serán más
profundos y difíciles mañana. Instituciones fuertes, democráticas y
transparentes implican reglas claras, derechos y libertades asegurados, independencia
de la sociedad civil y mayor capacidad de ahorro, innovación y progreso
autónomo de la población. Por eso los países con mayor calidad democrática
tienden a ser, en términos generales, los más desarrollados.