FUENTE: Infobae.
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La pedagogía igualitarista, sustentada en el constructivismo radical, el facilismo y la antimeritocracia, ha gozado de una fuerte hegemonía en las últimas décadas. Por eso, sus tentáculos llegan tanto a la izquierda como a la derecha y muchas veces se presentan como verdades científicas cuando no lo son.
En ciertos casos, la discusión educativa se da entre una versión más extrema y otra más moderada del mismo paradigma, en vez de entre enfoques diferentes. Así, la Ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel, no enarbola la bandera antimeritocrática y hace hincapié en una evaluación periódica. Además, defiende una alfabetización más estructurada y está dispuesta a agrupar alumnos por nivel de desempeño. Todo eso es positivo. Sin embargo, al mismo tiempo, pareciera sostener el mito de la no repitencia, rechazar la enseñanza tradicional y subestimar la importancia de la jerarquía y la disciplina.