FUENTE: Infobae.
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Fuente: TDP. |
Aun así, nos encontramos con que el 37% no llega al último año de secundaria en el tiempo previsto. Y, para peor, solamente el 10% de los estudiantes finalizan el secundario en tiempo y forma (sin repitencia y con saberes básicos incorporados).
La tasa de egreso ha aumentado levemente en los últimos años, pero los aprendizajes con que se egresa han disminuido de forma alarmante. Esto demuestra que la estrategia para mejorar las estadísticas de egreso ha sido bajar el nivel. Aun así, el egreso sigue siendo bajo y cuesta mucho subirlo (55% en Argentina, 64,8% para Chile y 92% en USA respecto del total). Es decir, nuestro país se encuentra en un virtual estancamiento, que ni siquiera se altera dibujando las estadísticas con facilismo. ¿Por qué?
Para empezar, el facilismo y el igualitarismo han sido tan extremos que no se han desarrollado funciones cognitivas y ejecutivas básicas. Y el facilismo es todavía más pronunciado en el nivel primario, cuando existe mayor plasticidad cerebral. Por lo tanto, se da la paradoja de que la mayoría de nuestros alumnos, salvo excepciones, no cuentan con los hábitos y las habilidades necesarios para terminar un secundario de bajo nivel. El solo tránsito del enfoque maternal o paternal del primario al más impersonal y académico del secundario ya deja a muchos fuera de juego.