La renuncia de Niembro como signo de un cambio posible
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Fernando Niembro, ex candidato a diputado nacional por el PRO. Fuente: TDP. |
La
democracia se nutre de partidos democráticos. No hay democracia posible si los
partidos son cáscaras de liderazgos caudillistas y clientelares que dominan a
la población. La Argentina se encuentra atravesando una transformación profunda.
Ésta consiste en democratizar los partidos políticos y pasar de una democracia
aparente o formal a una democracia representativa, con contenido real.
Si tenemos
en cuenta lo anterior, el panorama de la contienda política argentina se
esclarece. Hay de un lado partidos de poder, entremezclados con el Estado,
verticalistas y clientelares (fundamentalmente el FPV), y de otro lado partidos
antisistema, republicanos y no clientelares, o sea democráticos. Los primeros
no sienten presión alguna de su electorado y, en el mejor de los casos, tratan
de disimular o minimizar los grandes escándalos para evitar una rebelión social
generalizada. Pero no se comportan racionalmente en el poder. No transparentan
su estructura ni la del Estado, no defienden la división de poderes ni la
legalidad y no luchan seriamente contra la corrupción de la cual se alimentan.
Los partidos democráticos, por el contrario, al no basarse en el clientelismo,
dependen de su electorado muy directamente y están constantemente presionados
por una opinión pública exigente.